La devaluación y quita de retenciones beneficiaron al campo en U$S 8.000 millones
Abstract
En economía se ha desarrollado una literatura referida a la llamada “maldición”
de los recursos naturales. Se refiere a la paradoja de que muchos países bien
dotados por la naturaleza no han logrado un desarrollo económico significativo.
Los países petroleros son un claro ejemplo al respecto.
En el caso de la Argentina, aquella “maldición” tiene una particular expresión.
La abundancia de tierras fértiles se ha traducido en una facilidad para la
producción agropecuaria de clima templado. Históricamente, la Argentina ha
sido uno de los principales exportadores de dichos productos. Pero -y aquí
radica la “maldición”- esos mismo bienes son los que, con la excepción de la
soja, constituyen el núcleo de la canasta de consumo de la población.
Por lo tanto, un aumento de los precios del trigo, el maíz, el girasol o la carne
vacuna es una buena noticia para los productores, pero una mala para los
consumidores.