Un techo para el dólar
Abstract
Frente a la creciente brecha cambiaria, la pregunta más frecuentemente
escuchada es si existe un tope para la cotización del “dólar blue”. Como
explicamos en nuestro número anterior el tipo de cambio “blue” está
determinado por el juego de una demanda constituida por todos aquellos que
no pueden acceder al mercado oficial (ahorristas, argentinos que viajan al
exterior, etc.) y una oferta alimentada básicamente por los turistas extranjeros.
O sea, un mercado con una gran demanda y una oferta sumamente restringida.
Por tanto, el precio lo determina lo que la demanda está dispuesta a abonar.
En este sentido, uno debería pensar que el caso más extremo que hoy puede
imaginarse es el regreso al régimen de convertibilidad. En tal hipótesis
extrema, el tipo de cambio que aseguraría que el Banco Central pueda hacer
frente con sus reservas en moneda extranjera al total de sus pasivos en pesos
(base monetaria más letras y notas del BCRA) es lo que hemos denominado
tipo de cambio de convertibilidad (TCC).A fines de abril, el TCC se ubicaba en 9,54 o sea próximo al valor que
alcanzaba el billete verde en ese momento.
El TCC debería actuar como techo de la cotización del dólar billete. Sin
embargo, debe tenerse en cuenta que la divisa americana se demanda en
función de las expectativas respecto a su cotización futura. Ello hace que, a
diferencia de otros mercados, a mayor precio exista mayor demanda porque el
público entiende que el aumento de hoy preanuncia incrementos futuros.
Revertir la tendencia alcista de la cotización requeriría atacar la fuente de la
misma: la inflación. No hay demanda excedente de dólares en Argentina: hay
oferta excedente de pesos.
Atacar la inflación requiere un plan integral que apunte a llegar en 2015 a una
inflación de un dígito. Podría iniciarse en 2014 con una meta del 15% para lo
cual se requeriría:
- Emisión monetaria no superior al 20% anual (15% por aumento de precios y
5% por crecimiento del PBI).
- Acuerdo de precios y salarios con metas del 15% para precios y 18% para
salarios (15% por precios y 3% por incremento de productividad).
- Devaluación del 30% compensada con aumento de retenciones para cerrar la
brecha fiscal y evitar que el aumento del tipo de cambio repercuta sobre los
precios de los bienes de consumo.
- Liberación del mercado cambiario.
- Reducción del desequilibrio presupuestario a 2% del PBI en 2014 y
compromiso de llegar a déficit fiscal cero en 2015.
Como se advierte, no implica nada demasiado difícil de lograr. Sólo se requiere
la voluntad política para hacerlo.