Estudio de carga parasitaria y mediadores inflamatorios en tejidos murinos infectados con Trypanosoma cruzi y tratados con el ligando natural de PPARy
Abstract
La enfermedad de Chagas o tripanosomosis americana es una enfermedad infecciosa, sistémica y
crónica causada por la infección con el protozoario unicelular Trypanosoma cruzi (T. cruzi). Esta patología
es una zoonosis compleja transmitida por varias especies de triatominos hematófagos y sostenida
por más de setenta géneros de mamíferos que actúan como reservorio, entre los cuales se encuentra el
ser humano. La existencia de este parásito fue descrita en 1909 por el médico brasileño Carlos Chagas.
Años más tarde, el médico argentino Salvador Mazza redescubrió la enfermedad, al realizar los primeros
diagnósticos de tripanosomosis americana en Argentina entre los años 1934 y 1943 (Mazza S.,
1934; Mazza S. y col., 1936; Mazza S., 1943).
La infección con este parásito puede permanecer por muchos años de forma asintomática, pero alrededor
de un 30% de los individuos infectados desarrollan en la etapa crónica de la enfermedad severos
mega-síndromes cardíacos, digestivos, o ambos (Tanowitz HB. y col., 2009). Entre estos síntomas, la
insuficiencia cardíaca congestiva, consecuencia de la miocardiopatía dilatada, constituye la más seria y
frecuente manifestación clínica en pacientes con infección crónica por T. cruzi (Ribeiro AL. y col., 2012).
Este fenómeno se asocia a la persistencia parasitaria que va acompañada de un intenso infiltrado inflamatorio
que, secundariamente, desemboca en remodelación cardíaca con agrandamiento de las cámaras
cardíacas, adelgazamiento parietal y fibrosis intersticial.
La infección por T. cruzi es endémica en una gran extensión del continente americano, que comprende
desde el sur de Estados Unidos hasta la Argentina y Chile (Reisenman CE. y col., 2010).
Se estima que existen entre 8 y 15 millones de casos de infección por T. cruzi, y que cada año hay
aproximadamente entre 50.000 y 200.000 casos nuevos, evidenciando que la prevención y el control
son limitados. Sumado a esto, el diagnóstico y las opciones terapéuticas no son del todo satisfactorias,
dando lugar a que aproximadamente 20.000 personas con enfermedad de Chagas mueran cada año por
problemas cardíacos en zonas endémicas (Tanowitz HB. y col., 2009; Rassi A. Jr. y col., 2010; Tarleton
RL. y col., 2007).