Algunas reflexiones acerca de la teoria y su ontologia en lo referente a la cotidianeidad y la academia
Abstract
Arribar al final del camino transitado durante cuatro años implica la presente producción denominada
tesis de grado, completándose así un proceso de formación académica-personal que pone punto final a
la Licenciatura en Ciencia Política, abriéndose paso un relativo indeterminado devenir.
El estudio de la política como ciencia (conocimiento riguroso de los fenómenos considerados dentro
del género política) comprende a la teoría y a la práctica: por un lado, lo que se piensa y se dice, lo que
debe ser, y por otro lado, lo que es. Algunas veces lo que se piensa y se dice -la teoría- puede diferir
de lo que es -la práctica-. Por ello, surge preguntarse: ¿Qué motivación tenemos para estudiar teoría?
Ya que no siempre ella es capaz de aprehender al fenómeno que estudia, no correspondiéndose con lo
que los fenómenos son, sólo ideas plasmadas en libros, cuestiones teóricas. Preguntamos nuevamente:
¿Qué motivación tenemos para estudiar teoría? La cuestión dicotómica de deber ser/ser o ideal/factual o
ideal/real o teoría/práctica o razón especulativa/razón práctica o conciencia/realidad o conocimiento/ser
o conocimiento/acción o utopía/realidad o palabras/hechos o alma/cuerpo o ser/pensar, es el ámbito en
el que se inscribe ésta tesis; pretencioso en cuanto responder por la duda del estudiar teórico.
Para dar una convincente respuesta a nuestra duda, el primer paso a dar en este trabajo será definir
esencialmente el término de la teoría. Un término difuso, en tanto en el vivir cotidiano, axiomáticamente se
emplea la palabra teoría, dada por supuesto, oculto el fenómeno que adopta carácter huidizo, indefinible
su fundamento, manifestándose a través de diversas formas reflejadas en el aparentar y el parecer ser.
Pero no sólo el término es utilizado en la cotidianeidad, la teoría también se hace presente en el ámbito
del conocimiento epistémico, sin excluirse la ciencia política, variando su sentido de un libro a otro, de
un autor a otro, de un paradigma a otro, independientemente que exista cierto consenso -en libros de
gnoseología- en cuanto entender al término como un conjunto de proposiciones explicativas acerca de
un fenómeno determinado2.
La Ciencia Política, al categorizarse como conocimiento riguroso, debe poseer un lenguaje especializado
donde cada palabra posea una connotación3 determinada, un sentido fijado que evite la confusión.
La correspondencia entre palabra y significado hoy se caracteriza por un desencuentro posibilitador de
ambigüedad, no connotándose adecuadamente y cayendo en los denominados estiramientos conceptuales4,
lo que la Ciencia Política debe evitar para considerarse estrictamente como tal (escapando a la
puesta del prefijo pseudo), abogando por la obtención de un lenguaje especializado donde cada concepto
posea su connotación funcional a la estructura de análisis discriminadora de términos potencialmente
similares pero distintos en esencia.
Para lograr encarar satisfactoriamente la cuestión, procedamos a describir brevemente los pasos a
efectuar, el camino a recorrer: en primer lugar (capitulo II), seleccionaremos un meta-método y un método
adecuado en tanto conductores hacia la esencia del concepto en cuestión, la teoría. Siendo consciente
que la confección del presente escrito se enmarca en forma de tesis, cumpliendo con lo prescrito por la
licenciatura y consecuentemente otorgando la condición de Licenciado en Ciencia Política, es sensible
la inferencia de la recurrencia a la ciencia como recurso para la obtención de la respuesta buscada. Sin
embargo, es menester, para llegar a buen puerto, trascender los horizontes para ir hacia un más allá, vía
conductora a la respuesta del preguntarse por la teoría y el estudiar teórico.
Una vez realizado esto, en segundo lugar (capítulo III), procederemos a recolectar las diversas acepciones
utilizadas de la teoría en los distintos ámbitos de la existencia, con el fin de encontrar lo subyacente
presente en lo dicho, captando lo que se habla en el habla, para explicitar el denominador común a todas
las acepciones terminológicas.