El tiempo subjetivo y la arquitectura de Campana : proyectar desde la preexistencia
Abstract
El poeta argentino Juan Gelman reflexionaba sobre sus contemporáneos, estableciendo
condiciones y modos de coexistencia más allá de un tiempo y de una época: y se hacía una
primera pregunta, ¿quiénes son mis contemporáneos?
O en breves poemas también se planteaba: “¿Quién dijo que el tiempo petrifica las lágrimas? Se esconderán por ahí, en las moradas del
delirio. Los huesos pura piel de un niño muerto de hambre aumentan lodos del espanto. En el
careo con la foto nadie habla. La paridad de los extremos en estaciones sórdidas crea
proyectos de vacío y la desolación finge ser una que no llora, se ladea el paisaje mental sin
reinvención posible.”
La pregunta me despertó la idea del tiempo, más aún en el contexto actual de pandemia
mundial, ¿qué valor tiene el tiempo? El presente se siente desplazado, sin valor suficiente,
porque lo que nos interesa se encuentra en un tiempo futuro, más adelante.
Retomando la pregunta del escritor Gelman, ¿la palabra "contemporáneo" se presenta como
una duda de si hay un solo tiempo? ¿Para qué sirve saberlo?