dc.description.abstract | En los últimos años, la tecnología se ha convertido en una herramienta primordial para el hombre.
Entre todas las virtudes que podemos destacar, le ha permitido al hombre descubrir nuevos elementos
que coexistían con él en el mundo y que no era capaz de apreciar, ayudándolo a descifrar y a lograr un
mayor entendimiento del entorno que lo rodeaba.
Pero, este conocimiento más específico y profundo, no repercute sólo en esa área del saber al que
‘pertenece’ dicho descubrimiento, sino que impacta, en general, en otros saberes. Por lo tanto, el cono-cimiento se nutre, no sólo del campo al que ‘pertenece’, sino de otros campos. Para comprender verda-deramente un tema, además del saber dentro del cual encasillamos este determinado conocimiento, a
veces debemos acudir a otros saberes que nos ayudarán a entenderlo y a abordarlo con mayor precisión.
A estos saberes auxiliares podemos clasificarlos en saberes secantes, que son aquellos saberes que se
superponen parcialmente con el objeto estudiado, y saberes tangentes, que se tocan de modo necesario
con el mismo, ayudando a lograr la precisión conceptual de los términos. Ambos saberes, a su vez, pueden
ser clasificados en jurídicos o en no jurídicos
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. Prácticamente, cualquier tema que intentemos abordar, si
bien podemos encuadrarlo predominantemente dentro de un área del conocimiento, el aislamiento es solo
a los efectos académicos, dado que el referido tema existe en el mundo, y está en contacto y relacionado
con los otros elementos que hay en él. Esta breve reflexión sirve simplemente para poner de manifiesto
una cuestión: la relevancia del elemento interdisciplinario a la hora de abordar un tema. | es_ES |