dc.description.abstract | Los Convencionales Constituyentes argentinos de 1853 incorporaron la idea transmitida por Alberdi del fomento a la inmigración, como uno de los ejes del proyecto político a realizar, positivando de este modo aquel conocido aforismo de “gobernar es poblar”. Más de un siglo después, es sancionada la “Ley Videla”, una de las más lamentables leyes de facto que la Argentina podía heredar en su retorno a la democracia. El problema más grave que dicha normativa representaba, era el tratamiento que dispensaba a los extranjeros, considerándolos como una amenaza a la seguridad nacional y el orden público, estableciendo un mecanismo de control al margen del derecho, al tiempo que negaba el acceso a derechos fundamentales garantizados a todos los habitantes del país por la Constitución Nacional y por diversos tratados internacionales. Esta nueva ley viene a garantizar a los extranjeros un nuevo status jurídico, con el goce de derechos civiles equiparado al nacional, y la posibilidad de acceder a los servicios públicos básicos del Estado, como son la salud pública y la educación básica. Sin duda, se ha dado un gran paso hacia la consolidación del Estado de derecho en Argentina y el pleno respeto de los derechos humanos de todos sus habitantes, cumpliendo así con un proyecto de sociedad pluralista y tolerante que nunca debería haberse abandonado. | es_ES |