dc.description.abstract | En el marco de un contexto mundial negativo, signado por las perspectivas
recesivas para Europa y el escaso dinamismo de la economía estadounidense,
el panorama para Argentina se presenta relativamente favorable.
Tras la sequía que ocasionó una merma en la cosecha de soja del 19%, las
perspectivas climáticas para el ciclo 2012/2013 auguran una recuperación, ya
que se espera una producción cercana a 55 millones de toneladas. A ello se
suma el alto precio esperable para esta oleaginosa a raíz de la sequía ocurrida
en Estados Unidos.
Por otra parte, hay que señalar las mejores perspectivas para la economía
brasileña, donde se espera un crecimiento del 4,0% frente a un 1,5% en 2012.
Ello traccionará sobre las exportaciones industriales argentinas, principalmente
las del sector automotor.
Por tanto, puede esperarse un total de exportaciones del orden de los 90.000
millones de dólares. La política de control de importaciones deberá decidir
entre posibilitar un mayor nivel de importaciones y, con ello, de crecimiento
económico, o dar prioridad a la recomposición de las reservas del Banco
Central, resignando crecimiento. La estimación oficial es contar con una tasa
de crecimiento del 4,4%, lo cual parece factible de alcanzar.
El mayor nivel de exportaciones e importaciones generará también un
incremento en la recaudación por retenciones y por derechos a la importación,
lo cual debería dar una mayor holgura al frente fiscal.
Los servicios de la deuda representan $ 228.000 millones, si bien el 77% de los
mismos constituyen obligaciones con organismos públicos nacionales, que
refinanciarán estos compromisos. Por tanto, sólo $ 52.000 millones requieren
desembolso por parte del fisco y el presupuesto prevé que el Banco Central
contribuirá con casi 8.000 millones de dólares (unos $ 40.000 millones) al
Fondo de Desendeudamiento. | es_ES |