Sur, ALCA y después : ¿hacia la creación de un espacio sudamericano?
Abstract
La creación del Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, en sus siglas en inglés)
generó una primera partición hemisférica al dar lugar a la incorporación de México al esquema del NAFTA,
y al configurar un foco de dinamismo comercial en el Norte del hemisferio. A su vez, este foco se constituyó, por un lado, en un referente para la mayoría de las economías de Centroamérica y el Caribe, previamente
beneficiadas por la Iniciativa de la Cuenca del Caribe (ICC) lanzada por EEUU en 1983 y cuyo intercambio
comercial está fuertemente vinculado al mercado estadounidense, que buscaron y lograron en años recientes el establecimiento de una paridad con las condiciones obtenidas por México a su ingreso en el acuerdo.
Por otra parte, el modelo basado en un acuerdo de libre comercio asociado al NAFTA se convirtió en
referente para otras iniciativas posteriores, tanto en el caso, de escala mas limitada, del Grupo de los Tres
(G-3) entre México, Colombia y Venezuela iniciado en la década del noventa, como la propuesta lanzada por
el presidente George Bush de crear un área de libre comercio hemisférica (ALCA), con una orientación
predominantemente orientada a la liberalización comercial a nivel hemisférico, con exclusión, en principio,
de otros factores, y muy a tono con la dinámica globalizadora de la década del noventa, el llamado “consenso de Washington” y la promoción del comercio como uno de los elementos dinamizadores de las economías.

