dc.description.abstract | La iluminación desde un principio permitió que todo lo que grababa la cámara se hiciera
visible, pues sin luz no hay imagen, por lo tanto, tampoco historia. Conforme fue pasando el
tiempo, los directores de fotografía se fueron dando cuenta que podían usar de maneras
creativas la luz y que era esencial también para la estética de la película. Desde el blanco y
negro hasta el color, siempre se apreció una buena iluminación, pero aún más el uso creativo
de la misma en función de la historia; esto debido a que cada historia es única, por ende, la
luz es individual y se amolda con la historia.
Por esto al momento de escoger la temática de este trabajo, tenía presente el deseo de
explorar el mundo de la luz, lo que me llevó a descubrir el gran interés que tengo por el
género fantástico y el cómo la iluminación complementa en gran manera el extraordinario
resultado de aquellas historias únicas y fascinantes. Así mismo, la presencia de los
monstruos como personajes cinematográficos en dicho género, me llevó a relacionar sus
contextos, complejos y evolución en el séptimo arte, directamente con la luz, sirviéndose la
misma cómo un elemento narrativo en cada historia.
Tomando lo anterior, decido encarar esta investigación con el análisis de las películas “El
laberinto del fauno” (2006) y “La forma del agua” (2016), dirigidas por Guillermo del Toro. El
miedo desde la imaginación de este director, plasmado en los personajes monstruosos a
través de la iluminación, muestran cuan complejos son, al igual que los espacios donde se
desarrolla cada uno, el contexto histórico en el que son creados y la luz de identidad
monstruosa de los mismos contrastada con la luz de otros personajes. | es_ES |