dc.description.abstract | Desde hace décadas las diferentes tecnologías de la información y comunicación
(TICs) han ido insertándose en la vida cotidiana de las personas, siendo en la actualidad
herramientas fundamentales, y a veces incluso, necesarias, en el desarrollo de las diversas
actividades diarias realizadas por el ser humano, las cuales, sin dudas, han sido facilitadas o
completamente modificadas gracias a la ayuda electrónica y los soportes digitalizados en esta
era informática.
El mayor exponente de aquello, se encuentra en el uso de Internet, a través de los
diversos sistemas informáticos utilizados en el presente, el cual muy lejos quedó de sus orígenes
de 1969, cuando la Advanced Research Projects Agency (ARPA), fundada por el Departamento
de Defensa de Estados Unidos, creó la red de computadoras ARPANET, con el fin de establecer
un medio de comunicación entre diferentes instituciones académicas y estatales.
Consecuentemente, el ámbito de la delincuencia no fue ajeno a estas innovaciones
tecnológicas, lo cual permitió el surgimiento de nuevas formas delictivas, con sus técnicas
propias y particularidades distintivas, capaces de provocar resultados lesivos similares o, incluso,
más graves a aquellos propios de los delitos tradicionales. Es así que, hoy en día, nos
encontramos con amenazas tales como el fraude online, el “phishing”, el “grooming”, el daño
informático, y demás figuras que suponen conductas dañinas para los usuarios de sistemas
informáticos, y particularmente, para aquellos menos experimentados o que no son afines a
tomar las precauciones del caso | es_ES |