dc.description.abstract | Tras un largo periodo de recuperación y restructuración interna, Rusia logró consolidarse
como un actor fuerte en el sistema internacional desde 2008. Esto fue posible gracias a una
evaluación y reorientación de sus objetivos, intereses y capacidades. Primero, se produjo un
renovado interés por los Estados de Europa del Este, particularmente las ex Repúblicas
soviéticas. Hubo dos casos concretos, el reconocimiento ruso de la independencia de las
regiones de Abjasia y Osetia del Sur de Georgia en 2008, y la anexión rusa de Crimea en 2014.
A su vez, se propició el desarrollo de nuevas competencias (tales como campañas de
propaganda, difusión de noticias falsas, manipulación de información, creación de perfiles falsos
y recolección de datos de usuarios en redes sociales, etc.). Ello fue acompañado de la mejora y
modernización del arsenal y la estructura militar rusa. Finalmente, se impulsó la utilización y
explotación de los recursos naturales (particularmente energéticos) para obtener beneficios de
sus vecinos europeos.1
Por consiguiente, en este trabajo de investigación se estudiará la estrategia geopolítica
de la Federación de Rusia entre 2008 y 2019. Asimismo, el problema que se abordará es la
influencia rusa sobre las ex Repúblicas soviéticas durante el periodo mencionado, prestando
especial atención a la crisis de Crimea de 2014. | es_ES |