dc.description.abstract | El deconstructivismo se basa en la técnica de deconstrucción de Jacques Derrida en descomponer y volver a convertir, en confrontar la
razón y el sentido; un proceso en constante mutación y evolución. Fragmentar espacios para originar otros. Tomar y re-tomar “lo otro”
en el análisis. Romper el estigma de que la forma sigue a la función.
A raíz de ese proceso deconstructivo se generan espacios que incitan a ser recorridos, como también edículos que invitan a preservar
esos momentos individuales. La fascinación por espacios acogedores que pueden convertirse en espacios atemporales, precede y forma parte de mucho más que una necesidad de especie.
A lo largo del desarrollo del trabajo, se encontraron valiosos cuestionamientos acerca del rol del espacio generando una cierta percepción dinámica y móvil. Estas expresiones a través de la representación tanto bidimensional, collage, como tridimensional muestran la
libertad y la destreza para representarlo. Allí mismo, las piezas conformaron un espacio vigoroso. Actúan como esculturas y componen
un lugar lleno de interrogantes:
¿Cómo se entrelaza el habitar lo público con el habitar íntimo? ¿Cómo conviven dos espacios tan opuestos? ¿Cómo generar la sensación de cobijo en un área donde lo que corre es el tiempo? ¿Los espacios pueden mutar? ¿Es posible el desarrollo de un trabajo abierto
al cambio? Si hubiera otro cambio social como el que transitamos durante el año 2020; ¿el espacio podría disponer un posible cambio
en el futuro? | es_ES |