dc.description.abstract | El brote de la neumonía viral COVID-19 causada por un nuevo coronavirus, el virus del síndrome
respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2), fue declarado pandemia por la Organización
Mundial de la Salud en enero de 2020. En efecto, SARS-CoV-2 y su patología asociada, COVID-19,
generaron mucha preocupación tanto en el ámbito médico como científico debido a su impacto
epidemiológico a nivel mundial. Luego de más de dos años desde el inicio de la pandemia, las
estrategias efectivas para COVID-19 se basan principalmente en el diagnóstico generalizado y la
vacunación masiva. En particular, las pruebas diagnósticas constituyen un componente esencial de la
respuesta a la pandemia de COVID-19, ya que permitieron implementar medidas rápidas y efectivas
que ayudaron a contener la pandemia mediante la identificación de los individuos infectados y de los
que son aún asintomáticos durante el período de incubación de la enfermedad, así como el rastreo de
los contactos de un individuo enfermo. En este sentido, las empresas farmacéuticas y de base
biotecnológica respondieron inmediatamente a esta pandemia, desarrollando una amplia variedad de
pruebas de diagnóstico para detectar SARS-CoV-2 así como los anticuerpos generados por infección
natural o por vacunación. | es_ES |